Todos los incendios en su etapa inicial son muy pequeños y fácilmente controlables si se conoce su origen y se cuenta con algún elemento de contención y/o los conocimientos básicos para poder controlarlos.
Todos los directa o indirectamente son provocados por los seres humanos.
Muchas veces su propagación también es responsabilidad de quienes no se anticipan a/o desconocen el comportamiento del fuego.
Las diversas cargas combustibles conformadas por residuos de podas, amontonamiento de ramas, descontrol en el crecimiento de cierres de vegetación, inexistencia de cortafuegos, resequedad de pastos etc., junto al fuego y el viento en pocos minutos pueden destruirlo todo ante la impotencia de quienes no han tomado medidas tendientes a la detección y control de los siniestros.